Qué sobriedad!
El silencio atrapa la noche
y en un instante
hace estallar las sombras.
Los átomos expiran
y el reloj —caníbal hambriento—
con el metálico colmillo
su yugular se corta.
El silencio atrapa la noche
y en un instante
hace estallar las sombras.
Los átomos expiran
y el reloj —caníbal hambriento—
con el metálico colmillo
su yugular se corta.
Ligia Calderón Romero
©Heredia, Costa Rica
©Heredia, Costa Rica
4 de marzo, 2012
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