Microrrelato
Te siento noviembre, sol maduro entre las zarzas otoñales y la higuera que a prisa sube por los troncos, igual que cuando solías seguirme por doquiera.
Entonces exacerbabas mis vanidades, mis mejillas eran ruborizados ocasos y mi palabra enmudecía entre tus verbos. Hoy te rememoro, cuatro años han pasado y me pregunto: ¿porqué aún logras que pierda la cordura?
Ligia Calderón Romero
© Heredia, Costa Rica
7 de noviembre, 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
Añoranzas
Permíteme amor mío
trenzar unas palabras
mientras hilvana el rey
de arreboles los rizos de la diana.
Y luego al mediodía
que canten las cigarras
y a su compás que dancen
crisálidas de tul en las fontanas.
Si sientes que al ocaso
tocan en tu ventana
las hojas del otoño
rememora tan solo mis palabras
que sin pensarlo brotan
y van en caravanas
en busca de tus besos
y el verde que reposa en tu mirada
Añoro tus vocablos
que siempre me nombraban:
hermosa chula mía,
muñeca de ojos brujos, dulce amada.
Ligia Calderón Romero
© Heredia, Costa Rica,
10 de noviembre, 2011
Permíteme amor mío
trenzar unas palabras
mientras hilvana el rey
de arreboles los rizos de la diana.
Y luego al mediodía
que canten las cigarras
y a su compás que dancen
crisálidas de tul en las fontanas.
Si sientes que al ocaso
tocan en tu ventana
las hojas del otoño
rememora tan solo mis palabras
que sin pensarlo brotan
y van en caravanas
en busca de tus besos
y el verde que reposa en tu mirada
Añoro tus vocablos
que siempre me nombraban:
hermosa chula mía,
muñeca de ojos brujos, dulce amada.
Ligia Calderón Romero
© Heredia, Costa Rica,
10 de noviembre, 2011
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