Del cielo pende cual lirio de oro
la estrella que han colgado en los portales,
con aromas de pino excepcionales
se perfuma el ambiente con decoro.
Paz y felicidad, del mundo añoro,
diciembre en fiesta desde sus umbrales,
ángel y querubín en los vitrales,
música celestial, grandioso coro.
Preñando el verso en delicado acento,
lloviznan frases llenas de bondad
que en paso eufórico regala el viento.
Tiempo de reflexión y de humildad,
festejo y gracia, divino momento,
hora de compartir la navidad.
Ligia Calderón Romero
Diciembre del 2008
jueves, 10 de enero de 2008
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