Campos de ensueños y huertos floridos,
recuerdos que traen infancias lejanas,
ternura de besos de bellas mañanas,
tardes soleadas y amores perdidos.
Cielos y atardeceres coloridos
acallaban mi voz en las penas,
manantiales fluyendo por las venas
amores que quedaron adormecidos.
Flores marchitas y secas por el viento
deseos saciados en fríos inviernos,
mariposa celosa de belfos tiernos,
trino de alondras en el alma siento.
Por Ligia Calderón Romero
(julio del 2001)
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jueves, 10 de enero de 2008
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