Añoro en la distancia de alboradas,
silencios bellos, extasiados
como el despuntar del alba.
La serenata del grillo,
el corazón enamorado,
la barca de los recuerdos.
El incendio de dos cuerpos,
los pájaros perdidos,
surcando los cielos
con sus trinos y cantos
lanzados al viento.
Reflexiones positivas,
aromas y fragancias
de azucenas y claveles
despertando los sueños.
Ahora solo tengo
un fúnebre silencio,
como campo minado,
de rosas marchitas,
con muchas espinas,
y un día apagado.
Dormidas sus horas
esperando que caiga
el próximo minuto
y que no se detenga
que siga su andar.
Que sople el viento
y lloren los cielos,
y laven las penas
que hielan el alma.
En el verso olvidado
no encuentro la calma.
Ligia Calderón
18 de Enero, 2008
domingo, 3 de febrero de 2008
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4 comentarios:
Fantástico poema, y el final, sublime.
Una muy buena reflexión de vuestro entorno que te rodeaba combinando el pasado y el presente
Jacinto
Gracias marae por visitar mi blog y dejar tu grato comentario.
Un abrazo
Gracias Jacinto por visitar mi blog y dejar tu valioso comentario.
Abrazos.
PD. Quise visitar tu blog pero no me dio paso, supongo que es privado. Gracias por estar aquí.
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