Microrrelato (Retazos)

Amanece, el aire se ahueca en tu pupila mientras dormitan las begonias en el ángulo que da justo al occidente de tu costado. Tras el horizonte el mar ha perdido su encanto, huérfano de gaviotas que transiten sus riberas ya no pinta sus azules profundidades con esmero como antaño. Ahora, ha quedado suspendido como una acuarela en el tiempo, sin nombre, sin rostro, sin la sonrisa que cada amanecer pintaba en sus labios.

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Ligia Calderón Romero

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Costa Rica, Heredia

13 de agosto, 2010