¿A dónde fue la luz del alma
cuando apagaste
tu vela en ella?
¿Acaso quedaron los muérdagos
llorando sus quimeras?
El beso,
la caricia, la luna;
el licor y el ocre en mis labios;
el verso, los espectadores
del teatro; la música,
la orquídea, tú y yo.
Fuimos efímeras
aves de barro, fuimos nada.
© Ligia Calderón Romero
Heredia, Costa Rica
17 de junio, 2010
jueves, 17 de junio de 2010
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2 comentarios:
uffff, huele a decepción.
besos
Hace tiempo no disfrutaba de buena poesía, hoy me he dado el banquete. Leí y releí todos tus poemas. (Me refiero a los de primera página)
Y quiero que sepas que sorprende tu progreso querida Poeta, has dado un giro extraordinario, de veras que felicito tu mentor y lo digo de corazón porque todo lo que contribuya a tu altura poética es válido y como si fuera mío también. Besos.
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