Mi juventud transcurre
dentro de los parámetros normales
mi casa, el gallo, la gallina
la fuente y el perro azabache;
olvidaba la báscula
olvidaba la báscula
con sus cuatro verdades.
Mi estatura un metro setenta,
mi peso exacto
Mi estatura un metro setenta,
mi peso exacto
ciento dieciocho libras.
Diariamente visito
la señora romana
ella, un tanto informal
siempre replica: ¡Flaca…!
Mi peso no logro subir,
en tanto visito a mi suegra
Mi peso no logro subir,
en tanto visito a mi suegra
apenas la conoceré.
de vuelta en mi casa con mi bello galán
de vuelta en mi casa con mi bello galán
me mira pensativo
y empieza su relato:
La muchacha muy linda
me dice mi mamá
pero, Ay mi hijito!
que los huesitos se le ven.
Recurro entonces
a la farmacia del lugar
un reconstituyente has de beber
un reconstituyente has de beber
al terminar la dosis
esperas tres meses exactos
y los resultados verás.
Transcurre el tiempo
Transcurre el tiempo
y todo sigue igual
entonces desespero,
entonces desespero,
no debo claudicar.
Regreso a la farmacia dos dosis más
al pie de la letra, mi Dios
las fui a tomar.
Siete meses después
en mi casa todo anormal
una cerdita
pues al fundo sumé.
¡Reclamo mi peso ideal!
Subo a la roma
y ella con voz descomunal
Grita sincera
¡Gordaa!
¡Gordaaaa!
¡Gordaaaaaaaaaaa!!
El eco zumba en el desván
entonces desespero, corro,
mi novio me abandona
con algunos kilos demás
Hoy lucho
por recuperar mi peso ideal.
Ligia Calderón Romero
© Derechos Reservados
20 de Mayo, 1999
© Derechos Reservados
20 de Mayo, 1999
1 comentario:
me pareció sencillamente genial, jaja. De verdad me provocó una sonrisa compartida contigo, y a la vez ternura jajaja...un beso un abrazo...genial!!!!
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