Un amargo vacío
transita las mañanas sin auroras,
las tardes sin pictóricos ocasos,
las noches sin estrellas
que se duermen sin sueño,
las madrugadas de ausencias
pintadas en la almohada,
tapizadas sobre la alfombra
de veraniega mirada.
Una mágica sonrisa
y dulces recuerdos decoran:
un lecho de rosas
y sábanas blancas
donde danzaban los dioses
junto a las náyades,
diamantes en bruto
en sus ríos de encanto,
que fundían los suspiros
en un beso infinito.
Se encienden los luceros
en todo el firmamento
que hoy se reduce
a un manojo de espinas,
la cama vacía
y una sombra
levitando entre los insomnios,
solemne arco iris de tristezas,
atado a los recuerdos
de primaveras encendidas
con luciérnagas celosas,
avizorando tus pasos
y mi hierática presencia.
Ligia Calderón Romero
©Drechos Reservados
07 de abril. 2008
lunes, 14 de abril de 2008
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2 comentarios:
Excelente poema donde combinas muy bien el sentimiento de la ausencia, tanto interno como externo
Una mágica sonrisa
y dulces recuerdos decoran:
un lecho de rosas
y sábanas blancas
donde danzaban los dioses
junto a las náyades,
diamantes en bruto
en sus ríos de encanto,
que fundían los suspiros
en un beso infinito.
Se encienden los luceros
en todo el firmamento
que hoy se reduce
a un manojo de espinas,
la cama vacía
y una sombra
levitando entre los insomnios,
solemne arco iris de tristezas,
Dos caras de un mismo espacio...estupendamente pintadas por tu pluma.
Un abrazo.
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